Capítulo VI: Aquel verano del 2005
Ju, ju, vacaciones Santillana, desde el 12 de julio, casi como la Revolución Francesa, arder había ardido casi lo mismo, de neuronas, sistemas nerviosos y noche madrileña. Si esto fuera la Biblia, encontraríamos un versículo que dijera "y las aguas volvieron a su cauce". Pero como no es la Biblia ni es una historia de ficción tampoco era para tanto. Sí, habíamos acabado y presentado el proyecto, la semana de exámenes de la tercera fase había cerrado con la particular mascletá que el eje del Mal ICEX-CECO nos habia reservado en forma de test de 100 preguntas que restaba (ay, en esos días ya todo el mundo sabía qué significaba que restaran y cuántas podían responder a boleo para que te compensase y nos daba tiempo en una hora a hacer un gráfico Excel que demostrara todo eso y presentarlo como papel de borrador al guardián entre el centeno que nos cuidaba y se cuidaba de que no copiáramos ante tan "trascendental examen").
"Calma total" exactamente como la película todo indica calma pero no paras de menearte nervioso. Secuelas del gas naranja? Por más que me gusten las teorías de la conspiración no tengo pruebas de que nos rociaran con eso, pero todo es posible. Al fin y al cabo, ¿quién me dice a mi que lo que llevaba IR en el pelo quemado ese era laca y no un poderoso agente químico? No, los nervios venían de la inminente publicación de los destinos, el master dejaba de ser un fin en si mismo y empezábamos a ver el bosque detrás de los árboles. Por más absorbente que hubiera sido, la finalidad última del master era alcanzar el destino y ahora eso se veía ahí, sin nada más que entorpeciera la visión. Lo mejor, o lo peor de todo, que la suerte estaba echada. Sólo quedaba esperar.
Y tu madre como Julio César, repitiendo constantemente, pero tranquilo hijo, la suerte está echada, "alea jacta est". Y tú repitiéndote, "madre sólo hay una" pero como vuelva a oir lo de tranquilo, hijo, empiezo a hacer caso a las voces que no paran de chillar en las paredes de mi cabeza.
Y las notas de la tercera fase salieron, el moreno acumulado esos días de vino y rosas se nos caía delante del portátil, mientras te buscabas en el PDF ultraprotegidísimo que el CECO había colgado en su página. Y entonces a hacer cábalas, a jugar con los números como Pitágoras pero sin dar pie con bola, faltándote demasiados datos para despejar la incógnita, joder que soy de letras puras.
Las cuentas te salen, como al niño que hace memoria de sus méritos antes de escribir la Carta a los Reyes Magos que también le salen de más. Y llegas a la conclusión de que puedes relajarte pero las voces siguen activas y se van trnasformando en Nostradamus gritando cada vez más fuerte: AUN NO HAS VISTO NADA
"Calma total" exactamente como la película todo indica calma pero no paras de menearte nervioso. Secuelas del gas naranja? Por más que me gusten las teorías de la conspiración no tengo pruebas de que nos rociaran con eso, pero todo es posible. Al fin y al cabo, ¿quién me dice a mi que lo que llevaba IR en el pelo quemado ese era laca y no un poderoso agente químico? No, los nervios venían de la inminente publicación de los destinos, el master dejaba de ser un fin en si mismo y empezábamos a ver el bosque detrás de los árboles. Por más absorbente que hubiera sido, la finalidad última del master era alcanzar el destino y ahora eso se veía ahí, sin nada más que entorpeciera la visión. Lo mejor, o lo peor de todo, que la suerte estaba echada. Sólo quedaba esperar.
Y tu madre como Julio César, repitiendo constantemente, pero tranquilo hijo, la suerte está echada, "alea jacta est". Y tú repitiéndote, "madre sólo hay una" pero como vuelva a oir lo de tranquilo, hijo, empiezo a hacer caso a las voces que no paran de chillar en las paredes de mi cabeza.
Y las notas de la tercera fase salieron, el moreno acumulado esos días de vino y rosas se nos caía delante del portátil, mientras te buscabas en el PDF ultraprotegidísimo que el CECO había colgado en su página. Y entonces a hacer cábalas, a jugar con los números como Pitágoras pero sin dar pie con bola, faltándote demasiados datos para despejar la incógnita, joder que soy de letras puras.
Las cuentas te salen, como al niño que hace memoria de sus méritos antes de escribir la Carta a los Reyes Magos que también le salen de más. Y llegas a la conclusión de que puedes relajarte pero las voces siguen activas y se van trnasformando en Nostradamus gritando cada vez más fuerte: AUN NO HAS VISTO NADA
2 Comments:
y nosotros confiados, como los protagonistas de una película de miedo de las malas.
Pues si que fueron momentos agobiantes. Mención especial el comentario dedicado a esa gran persona que son las madres. De todas formas Santo, en tu próxima vida pide hacerte de ciencias y sufrirás menos, o si no al menos de letras mixtas.
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