Capítulo XL: A los Ladrones de Sueños
La situación era agónica: el atraco más largo de la Historia. Empezó en octubre y sigue en estos días de agosto, de calma en Europa y frenesí en el Paraíso.
Tenía todos los elementos para ser un atraco de manual: había mucha parte de vejación en el lenguaje, de desdén de los atracadores cuando se dirigían hacia nosotros. Ese no razonar, ese no tener en cuenta nuestras demandas, cortadas con un "a callar, no tengo tiempo para tus cosas".
El miedo a perder los sueños atenazaba al principio, las ganas de hacerte el héroe te empujaban pero rápidamente quedaron a un lado, sucumbiendo a los malandros que te querían despojar de tus sueños.
Corderitos mansos que balaban bajo para no perturbar a los dueños de la situación, lemmings ordenados que se autodestruían para no molestar, curris trabajadores que no llegaban cantando a esa situación pero que más o menos curraban para no mosquear a nadie.
Y de pronto surgió una mutación, nadie sabe de dónde porque ya no luchábamos más, nos veíamos despojados de lo que era nuestro e incapaces de recuperarlo: pero llegó, cual maná que inundaba el paraíso donde moramos.
Todo surgió con un plan de los atracadores: tenéis que hacer una presentación de lo que habéis hecho este año. Y empezamos a hacerla a regañadientes y de pronto surgieron fuerzas, no de la flaqueza sino de un cuarto secreto que ignoraba que poseía.
La preparé bien, sin desgana, concentrado y mientras hacía la presentación delante de todos me sentí como aquel chino que se plantaba con su bolsa de la compra delante de una hilera de tanques para evitar que entraran en Tian Nan Men.
Y ahí me di cuenta de que los atracadores eran tontos hasta para eso: no me han robado nada, puedo hacer bien lo que quiera, no me han dejado inutilizado. El ave Fénix resurgió de sus cenizas y recobró su altivez: qué ladrones, ni qué atracadores ni qué nada.
Vosotros sois inútiles e intentasteis arrastrarme a vuestra parálisis pero no habéis podido: hasta para eso sois nulos.
Un saludo, montaña basura donde trabajaba, no me has quitado nada, a pesar de mis miedos: para que veas que no hay rencor en mi corazón, te regalo este gargajo verde que espero acierte en la mitad de tu cara.
Siempre tuyo, tu becario
3 Comments:
Que bonita y tierna dedicatoria después de este año.
Mucho me da que podría ser extensible a otras muchas montañas basura. A mi aún me queda la duda de si mi Ave Fénix interno resurgirá el año que viene. Eso espero. Confiemos en que los daños no hayan sido permanentes y éste haya sido el peaje que ha habido que pagar para disfrutar de la "otra" experiencia, sin duda alguna, mucho más enriquecedpra.
Muy bien dicho...
Yo sólo digo que la cantidad de cosas que no me gustan que me ha enseñado esta oficina, no tiene precio! Por lo menos ahora estoy segura de a que NO quiero dedicar (desperdiciar) mi vida...
Pues a mi esto me recuerda al resto del panorama laboral español: 2 carreras universitarias, 1 master y 3 idiomas para dedicarte a "Telefónica digame?!" por 600€ al mes con un jefe que no sabe sumar 2 + 2; en estas oficinas lo mismo: gente superpreparada y con ganas ejerciendo de becarios y unos cuantos ineptos cobrando un pastizal y fastidiando al resto.
Así va la balanza comercial!!
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