Capítulo XLI: Algo Está Ocurriendo
Un trago de agua que entra mal en tu estómago de repente tiene consecuencias más devastadoras que el Katrina sobre tu maltrecho cuerpo.
Una familia de enanitos por tu cabeza echando un partido de fútbol con tus sienes de porterías. Que dejen de marcar goles, por favor!
Miras al que te está llamando y cuando enfocas puedes ver como mueve la boca pero eres incapaz de discernir lo que está diciendo.
Tu tiempo de reacción a un buenos días es mayor que el que se toma la Montaña Basura para responder a una consulta de un Patxi cualquiera.
Tu solidaridad hacia tus compañeros aumenta cuando les miras y les ves más destrozado de lo que tú piensas que estás.
Eres Jekill y Hyde, a veces de subidón, cuando la ola de cerveza golpea el acantilado de tu estómago y rompe, haciéndote recordar la euforia de la noche, a veces destrozado, si la jodida ola rompe mal y te da en toda la cara.
Fuerte marejada a mar gruesa en tu aparato digestivo y ya se sabe que cuando la mar se pone brava puede ser peligrosa.
Una tos cada vez más fuerte que no puedes controlar y que parece que es el gatillo de una arcada incipiente.
Un sabor de boca a veces perfectamente reconocible, a veces irreal te acompaña durante la mañana.
Un trago de leche para calmar la acidez sulfúrica que te machaca.
Una subida en el consumo de agua como paliativo que encharca el barro de tu interior.
Una oficina llena de zombis que vagan por este valle de lágrimas y se sonríen con compasión, unas cuantas promesas de NUNCA MAIS, un reflejo que te devuelve el espejo de un ser decadente en traje, una mezcla entre un británico aristócrata y aquel tío del anuncio del Golf al que sólo le quedaba el coche y eso le parecía suficiente.
Pues va a ser que sí, que ayer fue juergues, que los viernes ya no son lo que eran, preludio de un finde prometedor, sino más bien consecuencia de un jueves demoledor.
4 Comments:
Ayyyy, Paolista, que te haces mayor y el cuerpo ya no se recupera como antaño...
La buena noticia es que no había escaleras ese juergues, no??
¿Que hubiera sido de nuestras vidas sin los juergues?
Eso sí Paulista, hay algunos que todavía tenemos unos años por delante para no sufrir tan lamentables consecuencias...
Jaaaaa, eso salió de la sinceridad y el malestar del momento, no hago corta y pega de tus resacas porque te tengo un respeto, chavalito.
Pues yo estoy desenado recordar lo que eran los juergues, que aquí ni aún formando parte del fin de semana conseguimos apañarlos!!!!
Así les va en este país, sin una triste gota de alcohol que llevarse a la boca!
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