El Puntito del G

lunes, junio 12, 2006

Capítulo XVII: Je t'aime, moi non plus


Yo lo hacía por ella. Sabía que hacía frío en Rumania. Yo sólo pretendía ayudar a que entrara en calor. Desde Sao Paulo, pretendía compartir el calor de un país tropical con el este de Europa, donde el invierno se estaba sobrando. Sao Paulo ardía aquel mes y Bucarest se mostraba gélido, impenetrable. Yo no sabía que estaba mal, simplemente tenía curiosidad. Mis manos volaban sobre un teclado a falta de poder hacerlo sobre otras superficies y había opiniones para todos los gustos: los que se rasgaban las vestiduras, los que guardaban sus opiniones y sólo miraban como asiduos de un peep show y los que jaleaban para ver más, como la escena del pin ball de Acusados con Jodie Foster como centro.

Wanting, needing, waiting, las horas nos eran propicias: la torpe sensualidad de después de la comida en Brasil, preludio de una imposible siesta, cuando el cuerpo se adormece y la mente juguetea y la intimidad del caer de la noche en Bucarest cuando el diablo nos tienta con más fuerza.

Del lenguaje más barroco del que éramos capaces, al más subidito de tono, del más voluptuoso al más sucio y procaz, que en esos escenarios es lícito, los mensajes se sucedían como un revoltijo y la internet era la cama de dos amantes separados por kilómetros de distancia.

Y los roles utilizados eran los más diversos, signos de variedad de estados de ánimo: el esclavo y el amo, el amante imaginativo y el sátiro que todos llevamos dentro, susurrando sugerencias y pronunciando órdenes, dignas de un látigo perfectamente engrasado que se mostró demasiado corto (auuch) para llegar a la oscura Bucarest.

Qué confiado me mostraba en ser capaz de desatar esa reacción química de sobra conocida por todos. Cuántas veces imaginaba la cara y los gestos de quien era receptora de mis mensajes. Cuántas veces me imaginaba que tardaría en olvidarme 19 días y 500 noches.

Mi colegial y mi dominatrix: tan pronto era todo inocencia como lujuria en su máximo potencial, a veces se dejaba vendar los ojos y recibir mansamente comida, entregando su voluntad sin la menor queja, a veces mordía mi mano con inusitada violencia y velocidad. Disciplina inglesa con lenguaje de puesto ambulante.

En ocasiones ella mi Eva con la manzana jugosa, demasiado cerca de mi, en ocasiones yo como el Marqués de Sade, dispuesto a dar rienda suelta al lado oscuro. A esas horas parecíamos estar solos, ignorando lo que nos rodeaba, haciendo bueno aquello del Carpe Diem.

El eterno juego de la seducción tambíén estuvo presente en nuestro foro y de qué forma:
Uhmmm, Carnal, you got me fever!!

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Oh my godness!!! Eso es poesía sensual y no demás gilipolleces. Oye Paulista, tengo unos coleguillas en la revista Kiss Comic, si quieres puedo hablar con ellos para que te hagan un huequecillo en la sección de relatos. Este chico tiene madera... y una hoguera también.

8:26 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

no comment

9:11 a. m.  
Blogger South said...

El uso que haga de mi derecho a la réplica será demoledor...

9:42 a. m.  
Blogger sanpaolista said...

Pues noruego, como siga haciendo el indio en la ofi de esta forma no te diría que no a ese trabajillo, porque me van a terminar por echar.

1:44 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No estoy yo tan seguro de eso. Si le escribes un relato de esos al Arlequin, ya verás como moja la silla entera.

2:00 p. m.  
Blogger South said...

Hala!!!!!! Qué bruto el noruego!!!
Pero LEÑE, es que no os han enseñado modales en vuestras casas???

7:16 a. m.  

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